martes, 16 de noviembre de 2010

Aprender a leer deja huella en el cerebro

eluniversal.com.mx   
lunes, 15 de noviembre de 2010

Los resoncia muestra la modulación de la actividad cerebral de personas analfabetas y en proceso de alfabetización.

Un grupo de investigadores identificó las regiones cerebrales moduladas en la alfabetización, localizadas en donde se ubica la especialización en el vocabulario y el reconocimiento visual.
Los científicos realizaron experimentos para ubicar la huella que deja el aprender a leer y escribir, así lo pública el diario español El País.
Para esta investigación fueron utilizadas técnicas de resonancia funcional en el cerebro de 63 voluntarios brasileños y portugueses: 11 analfabetos, 22 alfabetizados ya de adultos y 31 que aprendieron a leer y escribir de niños.
En el estudio descubrieron que la alfabetización mejora las funciones del habla, aunque todavía no saben si estos cambios en la anatomía cerebral, merman o no su capacidad, por ejemplo, de reconocer rostros.
El investigador Stanislas Dehaene de la Universidad de París-Sur y un grupo de científicos destacaron en su investigación publicada en la revista Science, que no sólo se aprecian diferencias en el cerebro entre las personas analfabetas y alfabetizadas, sino también diferencias en aquellos que aprendieron de adultos.
Durante las pruebas, los científicos presentaron a las 63 personas diferentes tareas de reconocimiento de rostros, problemas de matemáticas y respuesta a frases oídas y leídas.
La alfabetización, ya sea adquirida en la infancia o en la edad adulta, refuerza la respuesta cerebral de varias maneras, explican Dehaene y sus colegas.
Ya que el aprender a leer reorganiza la corteza visual, pero también permite que las respuestas a frases escritas active toda la red del lenguaje hablado del hemisferio izquierdo del cerebro.

La flora intestinal se relaciona con la conducta y la memoria

Diario Médico (por Karla Islas Pieck)   
martes, 16 de noviembre de 2010
Cada vez existen más evidencias de que las bacterias que habitan en el organismo tienen un papel clave en el desarrollo de muchas patologías. Además, algunos estudios ponen sobre la mesa su relación con la conducta y algunas capacidades cognitivas, como la memoria.
Las bacterias que conforman la flora intestinal son capaces de comunicarse con el cerebro y de influir en aspectos como la conducta o la memoria, además de que podrían tener un papel muy importante en algunas patologías, como el síndrome del intestino irritable, según se desprende de los últimos resultados de la línea de investigación que dirige Stephen Collins, profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad McMaster, en Ontario (Canadá).
En un seminario que ha impartido en el Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario Valle de Hebrón, de Barcelona, ha explicado a Diario Médico que la evidencia que se ha obtenido hasta ahora refuerza la teoría de que las bacterias se comunican con el cerebro y tienen un efecto en algunas de sus funciones
¿Qué dicen los ratones?
Un estudio de este grupo de trabajo ha comparado el comportamiento de un modelo animal libre de patógenos con un grupo de ratones control y ha concluido que existen diferencias significativas en el nivel de ansiedad y la memoria. El grupo de ratones axénicos tenía mucho menos recuerdos y ansiedad respecto a los animales no modificados.En una segunda etapa se trasplantó flora intestinal de los ratones normales a los que estaban libres de patógenos y se pudo comprobar que la presencia de bacterias tenía un efecto en la conducta de estos animales.Otro trabajo similar consistió en hacer un trasplante cruzado de bacterias intestinales entre un grupo de ratones muy tranquilos y otro de agresivos.
El resultado fue que los animales calmados se volvieron violentos y viceversa. Además, estos cambios conductuales se pudieron relacionar con el nivel de BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro) en el hipocampo.En el caso del síndrome del intestino irritable, Collins ha indicado a Diario Médico que "creemos que los cambios en las bacterias podrían explicar, en gran medida, los problemas físicos y conductuales que sufren estos pacientes".
Entre un 60 y un 80 por ciento de las personas que sufren este trastorno gastrointestinal presentan cuadros de estrés, ansiedad o depresión, por lo que hace una década se pensaba que en muchos de los casos podría tratarse de un proceso psicosomático. "Hasta que empezamos a ver que, en el 25 por ciento de los casos, la enfermedad estaba asociada con una infección bacteriana", ha precisado.Posteriormente, un gran estudio realizado en el Reino Unido demostró que el 30 por ciento de las personas que habían padecido una intoxicación por Salmonella desarrollaban un síndrome de intestino irritable persistente, que se mantenía al menos dos años.
Otro de los grandes trabajos que han supuesto una encrucijada en este campo de investigación fue el encabezado por Fermín Mearin, director del Servicio de Aparato Digestivo del Centro Médico Teknon, en Barcelona, a raíz de la intoxicación de más de 400 personas en Torroella de Montgrí por consumir coca de Sant Joan en mal estado. Una gran parte de los pacientes desarrollaron más tarde síndrome de intestino irritable.En Ontario, Canadá, se realizó un estudio similar en un grupo de afectados por la ingesta de agua contaminada por Escherichia coli en mayo del año 2000. En este trabajo también se pudo comprobar que más del 30 por ciento de esas personas desarrollaron este problema y la mayor parte de ellas mantenían el trastorno gastrointestinal una década después.
Unos sí y otros no
Una de las grandes dudas que se plantean a partir de estos hallazgos es por qué algunos individuos expuestos a estas bacterias desarrollan la patología y otros no. Para intentar resolver el enigma, los científicos canadienses han decidido investigar en los genes en busca de nuevas pistas. Esta línea de trabajo ha puesto sobre la mesa cuatro SNP diferentes que se asocian con el proceso de permeabilidad intestinal y con los receptores TIR (translocated intimin receptor), que son importantes para reconocer y luchar contra las bacterias que atacan al organismo.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Caffeine No Substitute for a Nap to Enhance Memory

(esto sigue al posta que sigue el cual se publico antes)


Science Update • December 08, 2008

Equivalent of 2-3 Cups of Coffee Worsens Motor Learning and Word Recall

Hoping to improve your tennis serve? It's probably better to catch a few winks than load up on java after a lesson, results of a NIMH-supported study suggest. Caffeine impaired such motor learning and verbal memory, while an afternoon nap benefited all three types of learning tested by Sara Mednick, Ph.D., and colleagues at the University of California, San Diego. The researchers report on their findings in the November issue of Behavioural Brain Research.
Background
Ninety percent of Americans use caffeine daily, some substituting it for sleep. While the stimulant enhances alertness and concentration, it's been unclear whether it also helps learning and memory. By contrast, daytime naps, like nighttime sleep, benefit both alertness and memory, Mednick and colleagues have shown in a series of studies.
In this first head-to-head day-time comparison, 61 participants trained in the morning on verbal memory, motor, and perceptual learning tasks. After lunch, one group napped (60-90 min), while two other groups listened to a book on tape and received a pill containing either the caffeine equivalent of a little less than a Tall Starbucks brewed coffee (200mg) or a placebo. Later in the afternoon, the three groups were tested to see how well they had learned the tasks.
Findings of This Study
The nap group performed significantly better on a finger tapping motor task and in recalling words, than the caffeine group. The nap group also trumped the other groups on a texture discrimination task of perceptual learning. The placebo group performed better than the caffeine group on all three tasks. Curiously, just thinking that the pill might contain caffeine — the placebo effect — helped as much as a nap on the motor task.
Significance
Evidence suggests that caffeine interferes with tasks that require processing explicit, as opposed to implicit, information - like recalling a specific word, versus remembering how to type or ride a bike. Studies show that consolidation of such explicit verbal memory during sleep depends on lowered levels of the chemical messenger acetylcholine in the brain's memory hub. Yet, by blocking activity of a natural sedative chemical, caffeine boosts acetylcholine in this hub.
"This increase in acetylcholine by caffeine may impair the consolidation process by blocking replay of new memories," proposes Mednick. "Consistent with this, we found that the greater the explicit component of each task, the worse the caffeine group performed."
What's Next?
"Such an impairment of performance runs counter to society's assumption that caffeine typically benefits cognitive performance," she notes. "Apparent improvements with caffeine might actually reflect a relief from withdrawal symptoms. Just as no medicinal alternative to a good night's rest has been discovered, so too caffeine, the most common pharmacological intervention for sleepiness, may not be an adequate substitute for the memory enhancements of daytime sleep, either."
Mednick and colleagues are using new pharmacological agents found to selectively enhance particular stages of nighttime sleep to see if they can enhance memory consolidation during daytime naps. Brain imaging will pinpoint effects on neural circuits. These studies of pharmacologically enhanced naps could lead to improved treatments for memory impairment in mental disorders, based on manipulations of sleep, say the researchers.

Reference

Mednick SC, Cai DJ, Kanady J, Drummond SP. Comparing the benefits of caffeine, naps and placebo on verbal, motor and perceptual memory. Behav Brain Res. 2008 Nov 3;193(1):79-86. Epub 2008 May 8. PMID: 18554731

 

El sueño parece ayudar al aprendizaje

HealthDay News (FUENTE: University of York)   
lunes, 08 de noviembre de 2010
Si intenta aprender una nueva palabra, consúltela con la almohada, sugiere un estudio reciente.
Investigadores enseñaron a voluntarios nuevas palabras en la noche, y evaluaron su recuerdo de las palabras de inmediato. Los voluntarios durmieron en el laboratorio mientras se registraba su actividad cerebral. Las pruebas llevadas a cabo a la mañana siguiente mostraron que los participantes podían recordar y reconocer más palabras que inmediatamente tras aprenderlas.
Esta mejora no se observó en otro grupo de participantes que aprendieron nuevas palabras y fueron evaluados en la mañana, y reevaluados de noche, sin dormir entre las pruebas.
Los datos sobre actividad cerebral recolectados de los voluntarios del grupo que durmió mostraron que el sueño profundo (el de ondas lentas) ayudaba a fortalecer sus memorias de las nuevas palabras.
Los investigadores también encontraron que un tipo de actividad cerebral llamada husos de sueño desempeñó un papel en la capacidad de recordar nuevas palabras. Los husos de sueño son descargas breves pero intensas de actividad que indican la transferencia de información entre dos áreas distintas de almacenaje de memoria, el hipocampo y la neocorteza.
Mientras más husos de sueño experimentaba una persona en el sueño, con mayor éxito usaban las nuevas palabras de su vocabulario.
"A partir de trabajos anteriores, sospechábamos que el sueño tenía que ver con la reorganización de memorias nuevas, pero esta es la primera vez que en realidad hemos podido observarlo en acción, y comprender la importancia de la actividad de huso en el proceso", aseguró en un comunicado de prensa de la Universidad de York, en Inglaterra, el coautor del estudio Gareth Gaskell, profesor del departamento de psicología de la universidad.
El estudio aparece en la edición del 2 de noviembre de la revista Journal of Neuroscience.
Más información
El Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU. explica que una siesta es mejor que la cafeína para mejorar la memoria.  (la transcri es la que se publica antes que este)

Las ventajas de escribir a mano

ElMundo.es (por Isabel F. Lantigua)   
lunes, 08 de noviembre de 2010
Los "tengo ganas de verte", "te echo de menos" y, sobre todo, los "te quiero" parecen más sinceros cuando están escritos a mano, cuando al ver el papel o abrir el sobre se descubre la tinta del bolígrafo y quien lee la nota distingue la letra de la persona a la que ama. 
Pero el aspecto romántico no es el único beneficio de esta práctica, cada vez más en desuso. Además de contribuir a las relaciones amorosas, redactar a mano tiene ventajas para el cerebro, según apuntan recientes investigaciones. Entre otras cosas, ayuda a fijar conceptos, a aprender un nuevo idioma y a mantener la mente activa.
Gracias a imágenes de resonancia magnética, científicos de la Universidad de Indiana (EEUU) han visto que al escribir a mano se activan más regiones del cerebro y se favorece el aprendizaje de formas, símbolos y lenguas. Asimismo, según explican los autores al diario 'The Wall Street Journal', esta técnica ayuda a expresar mejor los pensamientos y las ideas. Incluso para algunos trastornos neurológicos, la habilidad en esta escritura puede servir como una herramienta de diagnóstico.
Según indica a ELMUNDO.es Virgilio Hernando Requejo, neurólogo del Hospital Madrid-Norte Sanchinarro, "la representación que tiene la mano en la corteza cerebral es enorme. Al escribir con bolígrafo utilizamos mucho más el cerebro que cuando usamos el teclado del ordenador. Si dejamos de escribir a mano durante un tiempo, está claro que las estructuras cerebrales van a cambiar".
Sin embargo, más que el cambio en el cerebro, el mayor peligro que este experto ve en las nuevas tecnologías es "el desentrenamiento de la memoria". El doctor Hernando señala que "ahora está todo en el iPhone y dispositivos similares, tenemos mucha más información en el bolsillo, pero no somos capaces ni de recordar un número de teléfono y eso es lo verdaderamente preocupante".

¿Un retroceso?

"Es bueno seguir escribiendo a mano, porque al hacerlo se piensa más lo que se está diciendo, pero el hecho de que cambiemos esta práctica tampoco quiere decir que retrocedamos", matiza este especialista. "Me recuerda a cuando los mayores nos decían que nos íbamos a atrofiar por dejar de estudiar Latín. Pues tenían razón en parte, porque es un idioma más, la base del nuestro y además con declinaciones, lo que facilita el aprendizaje de otras lenguas. Pero en realidad no ha pasado nada. Pese a todo, pese a que ya casi nadie sabe Latín, lo cierto es que ahora hay más gente que habla más de un idioma, así que lo que se ha perdido por un lado se ha ganado por otro", dice.
Lo mismo se puede aplicar a la escritura manual. "Al ir dejando de lado esta práctica se pierden algunas habilidades, evidentemente, pero se pueden ganar por otra parte", dice Hernando Requejo, que además bromea con que "la mala escritura manual de algunos médicos da más problemas que ventajas".
Los creadores de los nuevos dispositivos informáticos también son conscientes del 'encanto' que tiene la escritura manual y, por eso, han desarrollado algunas aplicaciones que la imitan, aunque sea en la pantalla. El propio presidente de EEUU, Barack Obama, fue tentado para firmar un autógrafo, haciendo su garabato, en la pantalla de un iPad. "Para los nostálgicos, no todo está perdido", reconoce el neurólogo.
 

sábado, 6 de noviembre de 2010

Prevenir la demencia senil

Consumer Eroski (por Teresa Romanillos)   
sábado, 06 de noviembre de 2010




Ejercitar la mente no sólo mantiene el cerebro en forma, sino que frena el proceso de pérdida de facultades propio de la edad
 
El deterioro cognitivo leve, más conocido como demencia senil, es un problema común al 16% de la población mayor de 70 años. Los afectados sufren pequeñas pérdidas de memoria, trabas con el lenguaje y, en general, mayor dificultad para razonar. El escaso diagnóstico clínico se debe a que, a menudo, se excusa el trastorno por la edad. No obstante, los datos señalan que el 50% de las personas diagnosticadas desarrollan Alzheimer durante los siguientes cinco años. Además, los resultados de los últimos estudios revelan que para mantener el cerebro en forma hay que ejercitarlo y que algunas vitaminas tienen un papel relevante en la prevención del deterioro cognitivo.

Médicos y científicos de todo el mundo lo recuerdan: la mejor forma de mantener el cerebro en perfecto rendimiento es utilizarlo. La mente necesita entrenamiento y conviene ejercitarla. Leer, hacer pasatiempos, realizar juegos de memoria y mantener una vida social activa. Esta relación entre el ejercicio del cerebro y su correcto funcionamiento es de vital importancia en personas de edad avanzada, ya que puede resultar clave para combatir el deterioro cognitivo leve y, en algunos casos, la enfermedad de Alzheimer.
Estudios recientes aseguran que entrenar la mente mantiene el cerebro en forma y, al mismo tiempo, evita su deterioro, es decir, frena el proceso de pérdida de facultades propio del envejecimiento.

Sudokus para prevenir el Alzheimer

Aunque aún se desconoce la razón de este fenómeno, una nueva línea de investigación parece desvelar en parte el enigma. En un estudio llevado a cabo por científicos del Instituto Cajal (Madrid), publicado en la revista de neurobiología "Neuron", se ha detectado que una proteína conocida como IGF-1 (Insuline-like growth factor-1) desempeña un papel fundamental en el mantenimiento del cerebro. Es un péptido que actúa como una hormona: excita y promueve el desarrollo cerebral de las zonas que más se utilizan.
Al leer, escribir, relacionarse con el entorno o hacer sudokus, el cerebro capta esta hormona del torrente sanguíneo y, de manera automática, las neuronas empiezan un proceso de autoprotección, supervivencia y desarrollo que garantiza el funcionamiento adecuado de la mente. Los investigadores señalan que IGF-1 es una proteína común a casi toda la escala evolutiva animal y, en numerosas especies, juega un papel crucial en el desarrollo del organismo, su renovación y el envejecimiento.
La vitamina B6 puede ser clave en otras patologías neuropsiquiátricas como migrañas, convulsiones, dolor crónico y depresión
Para comprobar los efectos de esta hormona, los investigadores utilizaron ratones de laboratorio como modelo experimental y comprobaron sus respuestas neuronales después de tocarles un bigote. Confirmaron que tras estimular éste y desarrollarse la actividad neuronal correspondiente, las neuronas excitadas captaban automáticamente la hormona presente en sangre. En cambio, si se bloqueaba la actividad neuronal y después se tocaba un bigote al ratón, las neuronas no se excitaban y, por tanto, no captaban la hormona del torrente sanguíneo.
El mecanismo molecular de este proceso es complejo, pero se explica por la presencia de otros péptidos que acompañan a la hormona, los cuales evitan que se una a su receptor, es decir, la inactivan. Por este motivo, la IGF-1 sólo se activará si hay una estimulación neuronal que provoque la separación de la hormona y los otros péptidos protectores. De este modo, el cerebro garantiza la supervivencia de las zonas más utilizadas y, a su vez, permite el deterioro de las zonas menos excitadas. Para mantener el cerebro en rendimiento óptimo hay que estimularlo. Así se garantiza que la hormona llegue de forma correcta a las neuronas.

Vitaminas en la prevención del deterioro cognitivo

Un estudio realizado en la Universidad de Oxford y publicado en la revista "PLoS One" (Public Library of Sciences One) demuestra que el consumo de elevadas dosis de vitamina B6 reduce a la mitad la velocidad de avance del deterioro cognitivo leve (DCL). Éste es un descubrimiento importante y beneficioso, sobre todo, para personas de edad avanzada con problemas leves de memoria, ya que el DCL es un factor de riesgo del Alzheimer. Los investigadores trabajaron con 217 voluntarios mayores de 70 años con problemas de memoria y DCL.
Para el estudio, dividieron de forma aleatoria y mediante técnicas de doble ciego a los voluntarios en dos grupos. A los componentes del primero se les administraron unas píldoras denominadas Trio Be Plus, que contenían altas dosis de vitamina B6, vitamina B12 y ácido fólico. Al segundo grupo se le administró placebo. El tratamiento duró 24 meses y los resultados demostraron que las personas tratadas con las píldoras Trio Be Plus reducían a la mitad la tasa de disminución del volumen de su cerebro, propia del DCL.
Para determinar estos resultados, se utilizaron imágenes de resonancia magnética nuclear y un test cognitivo al finalizar el periodo de tratamiento. En el cuestionario también se comprobó una correlación entre una mayor velocidad de reducción del volumen cerebral y una puntuación inferior en la prueba. Aunque no todos los voluntarios terminaron el tratamiento, no se detectaron diferencias significativas entre los efectos secundarios del grupo placebo y el grupo tratado.

VITAMINA B6

Estudios realizados con anterioridad ya relacionaban la vitamina B6 con los niveles plasmáticos de un aminoácido conocido como homocisteína. Esta vitamina es un controlador de la concentración del aminoácido en sangre. Cuando está en concentraciones elevadas, se considera un factor de riesgo del Alzheimer, de modo que una deficiencia de B6 en la dieta podría estar relacionada con el riesgo de padecer la enfermedad.

Por otro lado, una revisión de varios estudios publicada por la Colaboración Cochrane Plus apunta que la vitamina B6, además de estar relacionada con el DCL y el Alzheimer, podría jugar un papel clave en otras patologías neuropsiquiátricas como migrañas, convulsiones, dolor crónico y depresión. Son unos resultados relevantes, si se tiene en cuenta que los estudios epidemiológicos apuntan que en las dietas de los ancianos, en general, hay déficit de vitamina B6.