lunes, 30 de enero de 2012

La restricción calórica blinda al cerebro frente a la enfermedad de Alzheimer

nvestigadores italianos descubren en ratones que las dietas hipocalóricas activan una molécula llamada CREB1 que, a su vez, estimula una serie de genes vinculados a la longevidad.
Un equipo de investigadores italianos de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en Roma, ha descubierto que una molécula llamada CREB1 se activa ante "la restricción calórica" (dieta hipocalórica) en el cerebro de los ratones. Según los expertos, CREB1 activa a su vez una serie de genes vinculados a la longevidad y al buen funcionamiento del cerebro.
El estudio ha sido dirigido por Giovambattista Pani, investigador del Instituto de Patología General de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Roma, y por el profesor Aquiles Cittadini, en colaboración con el profesor Claudio Grassi, del Instituto de Fisiología Humana. La investigación ha sido publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
"Nuestro objetivo es encontrar una manera de activar CREB1, por ejemplo, a través de nuevos fármacos, para mantener el cerebro joven sin la necesidad de una dieta estricta", afirma el doctor Pani.
La restricción calórica significa que los ratones solo podían comer hasta un 70% de los alimentos que consumen normalmente, una manera conocida de prolongar la vida, como se observa en muchos modelos experimentales.
Por lo general, con restricción calórica, los ratones no se convierten en obesos y no desarrollan diabetes, muestran un mayor rendimiento cognitivo y de memoria, y son menos agresivos. Además, desarrollan mucho más tarde la enfermedad de Alzheimer, y con síntomas menos graves que en animales sobrealimentados.

Muchos estudios sugieren que la obesidad perjudica al cerebro, causando su envejecimiento temprano, y haciéndolo más susceptible a las enfermedades típicas de las personas mayores, como el Alzheimer y el Parkinson, mientras que, por el contrario, la restricción calórica mantiene el cerebro joven. Hasta ahora, no obstante, no se sabía cuáles eran los mecanismos moleculares que estaban detrás de los efectos en el cerebro de la dieta hipocalórica.

Los investigadores descubrieron que la molécula CREB1, activada por la restricción calórica, produce efectos beneficiosos en el cerebro mediante la activación de las sirtuinas, otro grupo de moléculas relacionadas con la longevidad. Este hallazgo es consistente con el hecho de que CREB1 también regula las funciones importantes del cerebro que controlan la memoria, el aprendizaje y la ansiedad, y su actividad se reduce por el envejecimiento fisiológico.
Por otra parte, los investigadores han descubierto que la acción de CREB1 puede aumentar drásticamente por la mera reducción de la ingesta calórica y han demostrado que CREB1 es absolutamente esencial para hacer funcionar la restricción calórica en el cerebro. De hecho, en los ratones que carecían de CREB1, los beneficios de la restricción calórica en el cerebro desaparecieron.
"Por lo tanto, nuestros hallazgos identifican por primera vez un importante mediador de los efectos de la dieta en el cerebro", concluye el doctor Pani, y agrega que "este descubrimiento tiene implicaciones importantes para desarrollar futuras terapias que mantengan el cerebro joven y prevengan la degeneración cerebral y el proceso de envejecimiento. Además, el estudio añade información sobre la correlación entre las enfermedades metabólicas, como la diabetes y la obesidad, y la disminución de las actividades cognitivas".

Fuente:Jano.es


La actividad mental protege del Alzheimer

Si usted ha cultivado su mente a lo largo de la vida, y aún lo sigue haciendo, sepa que tendrá su recompensa. Los datos de un nuevo estudio realizado con pruebas de imagen cerebrales demuestran que la actividad cognitiva (leer, escribir...) puede retrasar la aparición o, incluso, prevenir la enfermedad de Alzheimer.

Susan Landau, de la Universidad de California (Berkeley, EEUU), es la autora de la nueva investigación que ha visto la luz en el último 'Archives of Neurology'.

"Nuestro trabajo muestra que participar en actividades que exijan una actividad cognitiva se asocia con un menor riesgo de acumular en el cerebro proteína beta-amiloide", componente principal de las placas que conforman el Alzheimer, señala Landau a ELMUNDO.es.

Según sus palabras, su equipo ha conseguido demostrar que existe una relación directa entre un hábito de vida -la actividad cognitiva regular- y la acumulación de estas placas dañinas en el cerebro. Y lo han conseguido gracias a los avances en técnicas de imagen.

Desde hace casi una década, el [11C] PiB, un radiofármaco que se emplea en la prueba de imagen PET (Tomografía por Emisión de Positrones), se está analizando extensamente en distintos estudios debido a su validez diagnóstica para la detección de la placas características de la enfermedad de Alhzeimer. De hecho, tal y como explican los investigadores en la revista médica, su desarrollo ya ha hecho posible 'visualizar' la proteína beta-amiloide y su acumulación en el cerebro.

Partiendo de este logro, el equipo de Landau llevó a cabo un ensayo con 65 voluntarios cuya edad media rondaba los 76 años, 10 pacientes con Alzheimer (74 años de media) y 11 jóvenes sanos (24 años), que hicieron de grupo control.

A todos ellos se les realizó una serie de cuestionarios sobre actividad cognitiva (lectura, escritura o practicar juegos) y su actividad física (dar paseos, montar en bici...) a lo largo de su vida (a los 6, 12 18 y 40 años).

Además, todos realizaron pruebas neuropsicológicas que evaluaron su memoria; y finalmente cada uno de los participantes fue sometidos a un PET con el radiofármaco [11C] PiB para comprobar el estado de sus cerebros.

Los resultados de las pruebas pusieron de manifiesto que participar en actividades cognitivamente estimulantes se asociaba con una menor acumulación de proteína beta-amiloide.

Además, según explican los investigadores en la revista médica, esta relación no se vio afectada por variables como la edad, los años de educación, el sexo o la capacidad de memoria.

De hecho, según sus datos "las personas mayores con una mayor actividad cognitiva tenían niveles de la proteína similares a los jóvenes del estudio, mientras que las imágenes cerebrales de los de menor actividad mental eran comparables a las de los pacientes de Alzheimer".

"Esto sugiere que las personas que más trabajan su mente podrían reducir su riesgo de Alzheimer al prevenir la acumulación de proteína beta-amiloide en su cerebro", subraya Landau.

Aunque no han podido determinar los mecanismos que explican esta relación, esta científica sugiere que la clave podría estar en que los cerebros 'activos' actúan de una forma mucho más eficaz. "La gente que se mantiene activa a lo largo de su vida tendría procesos neuronales mucho más eficientes, lo que conduciría a una menor acumulación de placa amiloide", señala.

En su trabajo, los investigadores recuerdan, con todo, que "es poco probable que nuestros resultados reflejen una única causa de la Alzheimer, ya que es una enfermedad compleja con muchos posibles procesos patogénicos involucrados".

"Llevar a cabo actividades de estimulación cognitiva probablemente esté relacionado con la participación en una variedad de prácticas de estilo de vida que han sido relacionadas en otros estudios con una reducción del riesgo de padecer Alzheimer", insisten.

Por eso, para la científica Landau y su equipo es "importante llevar a cabo más investigaciones en este campo".



viernes, 27 de enero de 2012

Hoja de información: Cuidando a los adultos con deterioro cognitivo y de la memoria

Algunos problemas conductuales

Las personas que sobreviven tras un traumatismo craneal pueden padecer de numerosos problemas neuropsicológicos provocados por las lesiones cerebrales. Las consecuencias pueden variar mucho entre distintas personas, según la zona cerebral afectada y la gravedad de la lesión. Son frecuentes los cambios de personalidad, el déficit de la memoria o el discernimiento, la falta de control sobre los impulsos y la baja capacidad de concentración. Los problemas conductuales pueden ser muy angustiosos para los familiares y cuidadores, que tendrán que aprender a adaptar las técnicas de comunicación, las antiguas relaciones con el ser querido y las expectativas sobre lo que puede y no puede hacer el paciente.

En algunos casos puede ser necesaria una prolongada rehabilitación cognitiva y conductual en un establecimiento residencial, o bajo tratamiento ambulatorio, para recuperar determinadas capacidades. Los neuropsicólogos podrán ayudar a evaluar la deficiencia cognitiva. A largo plazo, sin embargo, tanto el paciente como sus familiares tendrán que explorar cuáles combinaciones de estrategias son más útiles para mejorar las capacidades funcionales y conductuales de la persona afectada.

Incluso aquellos pacientes que se recuperen "bien" pueden mostrar algunos cambios de personalidad. Los familiares deben abstenerse de comparar siempre al paciente con "la manera en que era antes". Los cambios de personalidad suelen ser una versión exagerada de la personalidad del paciente antes del traumatismo cerebral, es decir, una exacerbación de los anteriores rasgos de personalidad. Algunos cambios pueden ser muy llamativos. Un paciente que antes era jovial, enérgico y prudente tal vez se muestre fácilmente irritable, absorto en sí mismo e incapaz de manifestar entusiasmo ante nada. Sin embargo, no debemos censurar al paciente ni reírnos de sus limitaciones. De lo contrario, el paciente se sentirá frustrado, enojado o avergonzado.

Cambios de personalidad

Incluso aquellos pacientes que se recuperen "bien" pueden mostrar algunos cambios de personalidad. Los familiares deben abstenerse de comparar siempre al paciente con "la manera en que era antes". Los cambios de personalidad suelen ser una versión exagerada de la personalidad del paciente antes del traumatismo cerebral, es decir, una exacerbación de los anteriores rasgos de personalidad. Algunos cambios pueden ser muy llamativos. Un paciente que antes era jovial, enérgico y prudente tal vez se muestre fácilmente irritable, absorto en sí mismo e incapaz de manifestar entusiasmo ante nada. Sin embargo, no debemos censurar al paciente ni reírnos de sus limitaciones. De lo contrario, el paciente se sentirá frustrado, enojado o avergonzado.

Problemas de la memoria

Los sobrevivientes de traumatismos craneales pueden presentar problemas con la memoria reciente, o amnesia con respecto a determinados períodos de su vida. En general, los mayores problemas de la memoria se relacionan con la dificultad para aprender cosas nuevas. Por el contrario, los conocimientos adquiridos antes del traumatismo se conservan más fácilmente.

Para atenuar algunos de los problemas de la memoria reciente es fundamental que se estimule la capacidad de concentración. Reduzca al mínimo las distracciones (por ejemplo, la música y los ruidos) y concéntrese en una sola tarea o idea por vez.

Si las dificultades con la memoria son graves, haga que el paciente repita el nombre de la persona u objeto cuando usted se lo diga.

Siempre que sea posible, haga que la persona ponga por escrito las informaciones importantes (por ejemplo: consultas médicas, mensajes telefónicos, listas de tareas).

Mantenga rutinas establecidas. Ponga siempre los objetos del hogar en los mismos sitios. Use siempre el mismo recorrido para ir al buzón de correos o la parada de autobuses.

Si el paciente tiende a perderse, ponga etiquetas o códigos de colores en las puertas interiores, o flechas para indicar el recorrido correcto. Cuando el paciente salga por primera vez a algún sitio, debe ir acompañado para garantizar que aprenda el recorrido. Puede entregarle una mapa sencillo para indicar el camino desde la parada de autobuses hasta la casa. Asegúrese de que siempre lleve consigo la dirección de la casa y los números de teléfono para emergencias.

Crear un entorno estructurado

El entorno estructurado puede ser esencial para ayudar al paciente a aprender de nuevo las habilidades básicas. Si le entrega un programa por escrito donde aparezcan las actividades habituales, y le repite varias veces las instrucciones, será más sencillo que el paciente recuerde lo que se espera de él y lo que debe hacer a continuación.

Falta de emoción

Tras un traumatismo craneal, es posible que la víctima carezca de respuestas emocionales como la sonrisa, la risa, el llanto, el enojo y el entusiasmo, o quizás sus respuestas sean inadecuadas. Esto puede ser especialmente cierto en las primeras etapas de la recuperación.

Comprenda que esto se debe a la lesión. Trate de no tomarlo como algo personal si el paciente no muestra una respuesta adecuada.

Estimúlelo a que vea su sonrisa cuando se presente una situación cómica (o sus lágrimas si usted estuviera triste) y que preste atención a la respuesta adecuada.

Labilidad emocional

En algunos casos, las lesiones neurológicas provocadas por un traumatismo craneal pueden causar la volatilidad emocional (cambios intensos en el estado de ánimo o reacciones extremas ante situaciones cotidianas). Entre dichas respuestas extremas pueden estar el llanto súbito, las explosiones de ira o la risa. Es importante comprender que el paciente ha perdido hasta cierto punto el control sobre sus respuestas emocionales. La clave para reaccionar ante esa labilidad está en entender que dicha conducta no es intencional. Los cuidadores deben ser un modelo de comportamiento tranquilo, y no deben provocar más estrés al criticar demasiado. Ayude al paciente a darse cuenta cuando sus respuestas emocionales son adecuadas, y estimule o apoye las técnicas que funcionen en ese sentido.

Conductas agresivas

Pueden emplearse distintos medios para neutralizar la conducta hostil, siempre y cuando la situación no implique una amenaza física.

Mantenga la calma lo más que pueda; haga caso omiso de la conducta.

Intente cambiar el estado de ánimo del paciente al concederle la razón (si es posible) y evitar así una discusión. Muestre un cariño y un apoyo especiales para responder a las frustraciones subyacentes.

Trate de entender los sentimientos del paciente y hágale saber que se trata de sentimientos legítimos. Es razonable que la frustración del paciente ante la pérdida de capacidades funcionales o cognitivas le haga sentir muy irritado.

No desafíe ni contradiga al paciente. En su lugar, trate de negociar (por ejemplo: "Si no te gusta lo que hay de comer hoy, ¿qué te parece si comes el menú del viernes?")

Ofrézcale otras vías para expresar su enojo (por ejemplo: que golpee un saco de arena o que escriba una lista de quejas).

Trate de entender el motivo de la ira. ¿Hay alguna forma de atender a la necesidad o frustración del paciente? (Por ejemplo: que llame a alguien por teléfono, que elija otra actividad alternativa).

Ayúdele a recuperar el sentido de control sobre su propia vida preguntándole si hay algo que le haría sentir mejor.

Trate de aislar al paciente agresivo. Tenga en cuenta su propia seguridad y la del paciente. Actúe ante cada incidente como si fuera un hecho aislado, pues es posible que el paciente no recuerde haber actuado así en el pasado, o tal vez necesite que se le recuerde. Intente promover en los demás familiares respuestas coherentes y que no impliquen un enfrentamiento (es posible que los niños deban aprender lo que deben y no deben hacer en sus reacciones ante el paciente).

Busque apoyo. Puede ponerse en comunicación con grupos de apoyo, orientadores profesionales y, si fuera necesario, con servicios de protección o instituciones del cumplimiento de la ley.

Actitud centrada en sí mismo

Las personas que sobreviven a un traumatismo craneal tal vez pierdan la capacidad de empatía. Es decir, a algunos supervivientes les resulta difícil ver las cosas desde el punto de vista de otra persona. En consecuencia, pueden hacer comentarios imprudentes e hirientes y exigir cosas irrazonables. Este tipo de conducta se debe a la falta de pensamiento abstracto.

Ayude al paciente a entender su imprudencia. Recuérdele que debe comportarse amablemente. Entienda que el paciente tendrá que volver a aprender a tener en cuenta los sentimientos de otras personas.

Baja capacidad de concentración

Las sugerencias y recordatorios pueden ser muy útiles para ayudar a que mejore la capacidad de concentración y atención. Repita las preguntas. No sobrecargue al paciente con demasiada información al mismo tiempo, y cerciórese de que no esté agotado.

Debe estimular al paciente a hacerse preguntas como "¿Lo he entendido todo?", "¿Lo puse por escrito?", "¿Es esto lo que debo hacer?" Si la respuesta es "Me equivoqué" o "No estoy seguro", el paciente debe llegar entonces a la conclusión de que "Debo ir más despacio y concentrarme bien para corregir el error". Al mismo tiempo, las conductas correctas deben elogiarse: "Hice un buen trabajo".

Falta de conciencia sobre sus limitaciones

Es muy frecuente que los supervivientes de traumatismos craneales no estén conscientes de sus limitaciones. Recuerde que esto se debe al daño neurológico y no sólo a la obstinación. Debe saber, sin embargo, que la negativa a reconocer las limitaciones también puede ser un mecanismo de defensa para ocultar el temor del paciente de que no podrá realizar una determinada tarea. Es posible que la persona insista en que la actividad es imposible de realizar o en que es "estúpida".

Debe contribuir a la autoestima del paciente y estimularlo a que ejecute otras actividades (no peligrosas) que sí sienta que puede realizar.

Trate de darle al paciente recordatorios o "señales" visuales y verbales (por ejemplo: una sonrisa, o las palabras "¡Bien hecho!") para que mejore la confianza en sí mismo y lleve a cabo las tareas básicas con mayor independencia.

Si cree que el paciente podrá reaccionar correctamente, desafíele a llevar a cabo la tarea en cuestión. Demuéstrele que usted puede ejecutar la tarea fácilmente.

Conducta sexual inapropiada

Tras una lesión cerebral, es posible que la víctima muestre demasiado o muy poco interés por el sexo. Esto puede deberse a la mala regulación cerebral de la actividad hormonal, o a una reacción emocional ante la lesión.

No debe considerarlo como una cuestión personal si su cónyuge pierde interés por el sexo después de la lesión. La evitación del contacto sexual puede deberse al temor o la vergüenza de no poder desempeñarse bien. No presione al paciente a reanudar la actividad sexual antes de que esté en condiciones de hacerlo. Ayude al paciente a vestirse con buen gusto y a mantener buenos hábitos de higiene; esto puede servir para mejorar su autoimagen y que se sienta más atractivo.

Por otra parte, el aumento del interés sexual puede ser muy estresante y embarazoso para los familiares y cuidadores. Como no controla adecuadamente los impulsos, el paciente puede expresarse groseramente en público, hacerles insinuaciones a personas casadas, tratar de tocar indebidamente a otras personas o exigir el contacto sexual con el cónyuge.

Es importante que se le recuerde que esas conductas no son aceptables.

Usted, en su condición de cónyuge del paciente, no debe aceptar que se le presione a la actividad sexual cuando no la desee.

Es posible que los pacientes sexualmente agresivos tengan que aislarse de otras personas si no se puede controlar su conducta inadecuada. Tal vez tenga que solicitar ayuda si el paciente expresa amenazas de violencia física.

Los grupos de apoyo pueden ser útiles para ayudar al paciente a entender las consecuencias de las conductas sexuales inapropiadas.

Aprender a enfrentar los problemas / Obtener apoyo

Para enfrentar los problemas conductuales producidos por el traumatismo craneal es necesario identificar y aceptar las limitaciones del paciente. Recomendamos que se le realice una evaluación neuropsicológica integral. Esto puede ayudar al paciente y a la familia a entender mejor las limitaciones neurológicas y cognitivas.

En algunos casos, tal vez sea más fácil para el cuidador entender los cambios de personalidad que resolver las conductas problemáticas. Es posible trazar estrategias bien definidas para enfrentar problemas conductuales específicos.

Por último, es esencial que los familiares busquen y reciban apoyo (de la familia, las amistades, los grupos de apoyo, del asesor) para controlar sus propias respuestas emocionales ante el cuidado de un ser querido afectado por el traumatismo craneal.

Lecturas recomendadas

Folletos informativos de la FCA. Todos los folletos informativos de Family Caregiver Alliance son gratuitos en Internet. Los ejemplares impresos tienen un precio de $1,00 por ejemplar —  envíe su pedido a FCA Publications, 180 Montgomery St., Suite 1100, San Francisco, CA 94104. Si desea ver el listado completo, visite el sitio web: www.caregiver.org/caregiver/jsp/publications.jsp?nodeid=345.

Folleto informativo de la FCA: El cuidado del paciente www.caregiver.org/caregiver/jsp/content_node.jsp?nodeid=531

Folletos informativos de la FCA: Lesión cerebral traumática www.caregiver.org/caregiver/jsp/content_node.jsp?nodeid=536

Therapeutic Fun for Head Injured Persons and Their Families, Sally Kneipp (ed) 1988, Community Skills Program, c/o Counseling and Rehabilitation, Inc., 1616 Walnut St., #800, Philadelphia, PA 19103.

Professional Series and Coping Series, HDI Publishers, PO Box 131401, Houston, TX 77219. (800) 321-7037.

Head Injury Peer Support Group Training Manual, Family Caregiver Alliance (1993): San Francisco, CA.

Head Injury and the Family: A Life and Living Perspective, Arthur Dell Orto y Paul Power (1994) GR Press, 6959 University Blvd., Winter Park, FL 32193. (800) 438-5911.

Awake Again, Martin Krieg (1994), WRS Publishing, disponible a través del autor: P.O. Box 3346, Santa Cruz, CA 95063. (408) 426-8830.

Recursos

Family Caregiver Alliance
180 Montgomery St., Suite 1100
San Francisco, CA 94104
(415) 434-3388
(800) 445-8106
Sitio web: www.caregiver.org
Correo electrónico: info@caregiver.org

Family Caregiver Alliance brinda apoyo y asistencia a los cuidadores de adultos con trastornos cerebrales por medio de programas de educación, investigación científica, servicios y la protección de sus intereses.

El centro de información de la FCA abarca aspectos actuales de carácter médico, social, de políticas públicas y de cuidados relacionados con los trastornos cerebrales.

Para los residentes en la zona metropolitana de la bahía de San Francisco, la FCA proporciona servicios de apoyo familiar directo a los cuidadores de las personas con enfermedad de Alzheimer, accidente cerebrovascular, traumatismos craneales, enfermedad de Parkinson y otros trastornos cerebrales debilitantes que aquejan a los adultos.

Brain Injury Association of America
8201 Greensboro Dr., Suite 611
McLean, VA 22102
(703)761-0750
(800) 444-6443
www.biausa.org

Brain Train
(especializado en programas informáticos para la rehabilitación cognitiva)
727 Twinridge Lane
Richmond, VA 23235
(804) 320-0105

American Board of Clinical Neuropsychology
Departamento de Psiquiatría
c/o Dr. Linus Bieiauskas
University of Michigan Medical Center
1500 E. Medical Center Drive
Ann Arbor, MI 48109-0704
(313) 936-8269


Referencias

Burke, William, H. y otros. (1988). HDI Professional Series on Traumatic Brain Injury, HDI Publishers, Galvaston, TX.

San Jose Chapter Pi Lamda Theta (1983). Helping Head Injury and Stroke Patients at Home: A Handbook for Families, San José, CA.

Eames, P. (1988). Behavior disorders after severe brain injury: their nature and causes and strategies for management, Journal of Head Trauma Rehabilitation 3(3), 1-6.

DeBoskey, D. y Morin, K., (1985). A “How to Handle” Manual for Families of the Brain Injured, Tampa General Hospital, Tampa, FL.

Revisado por: Claude Munday, Ph.D., Neurospychology Associates of the Bay Area; William Lynch, Ph.D., Director de la Brain Injury Rehabilitation Unit, Outpatient Program, Department of Veteran Affairs, Palo Alto, CA; y John Haller, Traumatic Brain and Spinal Cord Injury Project, San José, CA.

Elaborado por Family Caregiver Alliance en colaboración con los Centros de Recursos para Cuidadores (Caregiver Resource Centers) de California, un sistema de recursos que abarca todo el Estado y que está al servicio de los familiares y cuidadores de adultos con trastornos cerebrales. Financiado por el Departamento de Salud Mental de California. © 1996 Family Caregiver Alliance. Revisado en 2005.

http://www.brainline.org


EE. UU. desea reforzar el arsenal contra el Alzheimer para 2025

Se predice que la epidemia de Alzheimer alcanzará proporciones de crisis a medida que la población de EE. UU. envejezca, y un panel de expertos está reunido durante dos días para crear un plan para combatir una enfermedad que emerge rápidamente como la amenaza de salud más grave, y costosa, del país.

La meta del plan es mejorar el diagnóstico, reforzar los programas de respaldo y capacitación para las familias con un ser querido que sufra de la enfermedad que deteriora el cerebro, y desarrollar mejores tratamientos (y posiblemente incluso una cura) para 2050.

"La idea detrás del plan es desarrollar un esfuerzo coordinado por resolver el problema del Alzheimer", aseguró William Thies, vicepresidente de asuntos médicos y científicos de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association).

"Reconocemos que el imperativo demográfico sucederá cuando la enfermedad alcance su pico en 2050", dijo Thies. Para esa fecha, se calcula que 16 millones de estadounidenses podrían sufrir de Alzheimer, añadió.

"Nos cuesta gestionar la cantidad que tenemos ahora, que es poco más de 5 millones. Así que podrán imaginarse que con el triple [de pacientes], los sistemas actuales simplemente no podrían gestionar ese aumento. Todo apunta a un futuro muy oscuro si no hacemos algo bastante rápido, a medida que la población de la postguerra comience a desarrollar más Alzheimer", advirtió.

"Esto simplemente es inmanejable con los sistemas actuales", dijo Thies.

Durante los próximos dos días, el consejo asesor de expertos se reúne en Washington, D.C. para revisar un anteproyecto de un plan propuesto por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. El anteproyecto fue creado en respuesta a la Ley del proyecto nacional para el Alzheimer, promulgada hace un año por el Presidente Barack Obama.

El plan incluirá desde más investigación científica sobre las causas y tratamientos para el Alzheimer hasta la forma en que Medicare reembolsará a los médicos, y todos los demás detalles, aseguró Thies.

El costo de convertir esto en realidad es de unos 2 mil millones de dólares al año, apuntó Thies, y añadió que "está claro que tenemos que actualizar nuestro esfuerzo".

"Tendremos un plan. No sabemos qué será. La Asociación [del Alzheimer] está decidida a obtener el mejor plan posible. Y si el plan no es suficientemente bueno, no lo mantendremos como un secreto", aseguró.

Pero algunos que se hallan en el frente de la lucha contra el Alzheimer temen que el plan no sea suficiente.

"Aunque siempre es esperanzador que la enfermedad reciba atención, me preocupa que esfuerzos como este son mayormente apariencia", lamentó el Dr. Sam Gandy, profesor Mount Sinai de investigación sobre la enfermedad de Alzheimer del Hospital Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

"No cuenta con una asignación de fondos, y no hay científicos básicos en el panel. No veo cómo pueden discutir seriamente una cura sin información de la ciencia básica. También diría que la fecha del 2025 es demasiado optimista", comentó.

Greg M. Cole, neurocientífico del Sistema de Atención de Salud VA del Área Metropolitana de Los Ángeles, dijo que las metas del panel ciertamente son meritorias: poder diagnosticar la enfermedad pronto y proveer respaldo a cuidadores y familiares.

"Pero muchas personas no buscarán un diagnóstico temprano sin tratamientos más potentes para hacer más que proveer un alivio temporal de los síntomas", señaló. "¿Quién desea que alguien le confirme un terrible diagnóstico sin esperanzas de poder vencer la enfermedad?".

Esa realidad tiene que cambiar, y los tratamientos deben ser asequibles, enfatizó Cole.

"Los métodos diagnósticos que han recibido más respaldo del gobierno usan métodos caros de imágenes, e implementarlos a gran escala costaría una fortuna. Necesitamos métodos más baratos para evaluar a una población que envejece", dijo.

Pero el mayor desafío, apuntó Cole, es la falta de terapias probadas para tratar el Alzheimer.

"La mayoría de métodos actuales en proceso, como la inmunización pasiva con anticuerpos, probablemente resulten muy costosos, costando decenas de miles de dólares por paciente por año", advirtió. "Por tanto, no son muy adecuados para la prevención en una época de recursos limitados".

Incluso si los tratamientos funcionan para estabilizar la enfermedad y mejorar modestamente los síntomas, es probable que estos métodos aumenten, en lugar de reducir, los costos médicos de la enfermedad para el gobierno y las aseguradoras, dijo Cole.

"Las compañías farmacéuticas invertirán mucho más que el gobierno para hallar nuevos tratamientos. Si nos guiamos por el pasado, proveerán mejores herramientas para la gestión de la enfermedad, pero con mayores costos", advirtió.

Un plan que aborde los costos médicos de la demencia en una población que envejece tiene que centrarse en la prevención, señaló Cole. "Debería haber muchos más recursos del gobierno enfocados en esfuerzos serios por hallar e implementar métodos de prevención de bajo costo", sentenció.

Actualmente, se calcula que 5.4 millones de estadounidenses sufren de Alzheimer o de una demencia similar. El Alzheimer es la sexta principal causa de muerte del país, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

En un evento relacionado, bajo nuevas directrices para las autopsias creadas por el Instituto Nacional del Envejecimiento de EE. UU. y la Asociación del Alzheimer, se insta a los patólogos a buscar cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer en las personas que quizás no hayan exhibido pérdida de memoria ni otros síntomas de demencia.

Directrices anteriores adoptadas en 1997 promulgaban una revisión mediante autopsia cuando una persona había sido diagnosticada con demencia para determinar si el Alzheimer había contribuido a la demencia.

"Los nuevos criterios ya no requieren de un diagnóstico de demencia mientras la persona vivía, ya que estudios sugieren que el Alzheimer se desarrolla años antes de volverse clínicamente evidente, y las investigaciones han revelado que incluso los cerebros de las personas con cognición normal podrían presentar cambios relacionados con el Alzheimer", señalaron los NIH en un comunicado de prensa el miércoles.

Un resumen de las directrices revisadas aparece en la edición en línea del 18 de enero de la revista Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association.



Los medicamentos para el Alzheimer no parecen eficaces en los que sufren de síndrome de Down

Un fármaco comúnmente utilizado para tratar a pacientes de Alzheimer no parece ser eficaz entre las personas mayores de 40 años que sufren de síndrome de Down y Alzheimer, según un estudio reciente.

Aunque estudios anteriores con animales sobre el fármaco para el Alzheimer, la memantina, mostraron resultados promisorios en ratones con síndrome de Down, este nuevo estudio en personas con síndrome de Down a partir de los 40 años de edad reveló lo contrario, informaron los investigadores en la edición en línea del 9 de enero de la revista The Lancet.

La memantina se administró a 88 personas con síndrome de Down durante un año, mientras que otros 85 pacientes recibieron un placebo (el grupo de "control"). Algunos de los participantes tenían Alzheimer, y otros no.

Los investigadores hallaron que la función cerebral declinó por igual en ambos grupos.

El 11 por ciento del grupo que tomó el fármaco experimentaron efectos adversos graves. Siete por ciento del grupo de placebo tuvieron eventos adversos similares. Cinco personas del grupo de medicamentos murieron debido a estos eventos, frente a cuatro en el grupo de control.

"La memantina no es un tratamiento eficaz en este grupo de pacientes. Creemos que este hallazgo robusto tendrá implicaciones para la práctica clínica y para la estrategia de investigación en un futuro. Específicamente, las terapias que son beneficiosas para la enfermedad de Alzheimer no necesariamente son eficaces para el tratamiento del deterioro cognitivo o la demencia en el contexto del síndrome de Down", señaló en un comunicado de prensa de la revista el autor del estudio Clive Ballard, profesor del Centro Wolfson de Enfermedades Relacionadas con la Edad del King's College London.

Dado que casi el 40 por ciento de las personas con síndrome de Down mayores de 60 años son diagnosticadas con demencia, los autores del estudio señalaron que se necesita más investigación para determinar la mejor forma de tratar la demencia en estos individuos.

"Se necesita urgentemente más inversión para desarrollar tratamientos que sean eficaces en este importante grupo de personas", señaló en el comunicado de prensa la coautora del estudio Anne Corbett, gerente de investigación de la Sociedad del Alzheimer (Alzheimer's Society) de Reino Unido.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTE: The Lancet, news release, Jan. 9, 2012



El ejercicio podría ayudar a los que están en un riesgo elevado de Alzheimer,

Un estudio reciente halla que un estilo de vida activo podría ayudar a proteger a las personas que tienen un factor genético de riesgo bien conocido de los cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer. Ese factor es el alelo (versión) e4 del gen de la apolipoproteína E (APOE).

"La presencia de un alelo e4 de la APOE es el factor genético de riesgo de Alzheimer mejor establecido. Un mayor porcentaje de individuos que sufren de Alzheimer tienen un alelo e4, en comparación con la población general", escriben los autores en un artículo que aparece en la edición en línea del 4 de enero de la revista Archives of Neurology.

Se ha sugerido que la presencia o ausencia de esta variante genética podría afectar la relación "entre los factores del estilo de vida, como hacer ejercicio, y el riesgo de declive cognitivo y demencia", añadieron la investigadora Denise Head y colegas de la Universidad de Washington en San Luis.

Examinaron la asociación entre el ejercicio y los depósitos de amiloidea en los cerebros de 201 pacientes cognitivamente normales de 45 a 88 años de edad, sin y con el alelo e4 de la APOE.

Hace mucho que los depósitos de proteína amiloidea en el cerebro se han asociado con la enfermedad de Alzheimer.

Los pacientes con un estilo de vida activo tenían menos deposición amiloidea que los que tenían un estilo de vida sedentario, halló el estudio.

Los investigadores concluyeron que la presencia de un gen APOE e4 "se asocia con un mayor riesgo de declive cognitivo y una deposición amiloidea elevada". Pero añaden que "hacer ejercicio se ha asociado con un riesgo reducido de declive cognitivo y menores niveles de deposición amiloidea".

"En resumen, nuestros hallazgos sugieren que el ejercicio a los niveles recomendados por la AHA [American Heart Association] podría ser particularmente benéfico para reducir el riesgo de deposición amiloidea cerebral en individuos cognitivamente normales e4 positivos", concluyeron.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTE: JAMA/Archives journals, news release, Jan. 6, 2012



Vitamina B12 para aumentar la memoria

Los mayores que tomaron vitamina B12 y suplementos de ácido fólico durante dos años consiguieron mejores resultados en los tests de memoria a corto y a largo plazo que los adultos que no tomaron estas vitaminas, según un estudio de la Australian National University, publicado en 'American Journal of Clinical Nutrition'. Según la autora de este trabajo Janine Walker, investigadora de la Australian National University, los beneficios son modestos, pero esperanzadores. A su juicio, las vitaminas "pueden tener un importante papel en la promoción del envejecimiento saludable y la salud mental, así como en el sostenimiento de un buen funcionamiento cognitivo durante más tiempo en una escala comunitaria amplia".

Los investigadores pidieron a más de 700 personas con edades entre los 60 y los 74 años que tomaran diariamente una dosis de ácido fólico y de vitamina B12 o en su lugar píldoras de placebo que parecían vitaminas. La dosis de vitamina incluyó 400 microgramos de ácido fólico y 100 microgramos de vitamina B12. Los participantes en el trabajo no sabían qué pastillas eran las que estaban tomando.

Los participantes en este estudio mostraron síntomas de depresión, pero ninguno había sido diagnosticado con depresión clínica, según los investigadores. Dice Walker "vio que los mayores con importantes síntomas de depresión eran una importante cohorte a la que dirigirse, dada la evidencia de que la depresión en la última etapa de la vida estaba asociada con un mayor riesgo de daño cognitivo".

Tras 12 meses, parecía no haber diferencias entre los grupos en cómo de bien estas personas puntuaban en los test mentales, incluidos el de memoria, atención y velocidad. Sin embargo, después de dos años, aquellas personas que tomaron vitaminas mostraron una mayor, aunque modesta, mejora en sus puntuaciones en las tareas de memoria.

Por ejemplo, en un test de memoria a corto plazo, aquellas personas que tomaron las píldoras falsas mejoraron sus puntuaciones del 5,2 al 5,5 durante dos años. Aquellos que tomaron las vitaminas aumentaron sus puntuaciones en el test de 5,16 a 5,6. La memoria a corto plazo se usa para, por ejemplo, para marcar un número que alguien acaba de decirte, mientras que la memoria a largo plazo entra en juego cuando se trata de llamar a ese mismo número un día o una semana después.

No está claro aún cómo tomar vitaminas puede funcionar a la hora de activar el funcionamiento cerebral y no todos los estudios están de acuerdo con sus beneficios.
Una idea es que las vitaminas reducen los niveles corporales de una molécula denominada homocistenia, que está vinculada a la enfermedad cardiovascular y a una función cognitiva pobre. La idea es que reducir la homocisteína podría, quizá, reducir el riesgo cardiovascular y a su vez a afectar al funcionamiento mental.

Para Joshua Miller, profesor en la University of California, es difícil traducir las mejoras en la memoria de los test a los beneficios en la vida real, en la que algunas personas pueden tener mayores mejoras en su memoria y otros mucho menores. "Para cada individuo, podría haber o no haber un efecto", asevera.

"Pero a nivel poblacional, un pequeño incremento de la función cognitiva puede tener muchas ramificaciones reales en el funcionamiento de la población global y en los costes de los cuidados de salud", dice.

No obstante, se necesitará realizar más test, en otros grupos de pacientes pero especialmente en aquellas personas mayores de este estudio, podrían beneficiarse de tomar vitaminas, ha dicho Walker.

Fuente: LaRazon.es


Nicotina para recuperar la memoria

Los parches de nicotina, normalmente utilizados para dejar de fumar, pueden ayudar a combatir un deterioro cognitivo leve en personas mayores, afirma un estudio llevado a cabo en EEUU. Según la investigación, un grupo de personas de 76 años de media y con un deterioro cognitivo leve recuperó el 46 % de sus facultades normales de memoria a largo plazo después de un tratamiento de seis meses con parches diarios de 15 miligramos de nicotina, mientras que otro grupo al que se suministró un placebo empeoró en un 26 % en ese mismo periodo.

"Sin embargo, las personas que sufren una pérdida de memoria leve no deben empezar a fumar o a usar parches de nicotina porque fumar tiene efectos nocivos y una medicación como la nicotina sólo debe ser utilizada bajo supervisión médica", alerta Paul Newhouse, de la Facultad de Medicina de la Universidad Vanderbilt de Nashville y autor principal del estudio publicado en la revista "Neurology".

Según Newhouse, el estudio divulgado por "Neurology", de la Academia Americana de Neurología, proporciona una base sólida para futuras investigaciones sobre el empleo de nicotina en personas con signos tempranos de pérdida de memoria.

"Aún no sabemos si los beneficios persisten durante largos periodos de tiempo y si suponen una mejoría significativa", añade el científico. Ya en el pasado se había demostrado que la nicotina aumentaba la capacidad mental y memorística de los exfumadores y varios estudios a corto plazo habían indicado una mejora en la concentración y la memoria de personas afectadas por el mal neurodegenerativo de Alzheimer.

Pero este último estudio se centró en personas con un deterioro cognitivo leve, un estado que se caracteriza por problemas poco importantes que no implican una discapacidad significativa, a medio camino entre el envejecimiento normal y la demencia.

La nicotina estimula receptores cerebrales importantes para poder pensar y memorizar, algunos de los cuales se pierden con la enfermedad de Alzheimer. El estudio se realizó sobre una muestra de 74 personas no fumadoras con una edad media de 76 años y afectadas por un deterioro cognitivo leve.

La mitad de ellas recibió a diario parches de nicotina de 15 miligramos durante seis meses y a la otra mitad se le suministró un placebo. Todos los participantes fueron sometidos a pruebas de habilidad mental y de memoria al comienzo del estudio, a los tres meses y a los seis meses.

Después de seis meses, el grupo tratado con nicotina había recuperado el 46 % del funcionamiento normal para su edad de la memoria a largo plazo, mientras que el que recibió un placebo empeoró en un 26 %


Adicción a drogas no generaría deterioro mental



A partir de los 45 disminuyen memoria y razonamiento

Hasta ahora se citaba a los 60 años como la edad en que se empieza a experimentar una disminución de las facultades mentales, pero la nueva investigación sitúa el deterioro mucho antes. La memoria y el razonamiento parecen empezar a disminuir a mediados de los 40 años, mucho antes de lo estimado hasta ahora, según un estudio publicado en la revista médica británica British Medical Journal (BMJ).

Hasta ahora se citaba a los 60 años como la edad en que se empieza a experimentar una disminución de las facultades mentales, pero la nueva investigación sitúa el deterioro mucho antes.

El análisis ha estado a cargo de expertos del Centro de Investigación en Epidemiología y Salud de la Población de Francia y del University College de Londres, que estudiaron y siguieron la salud mental de más de 7 mil personas en un periodo de 10 años.

El estudio se centró en funcionarios públicos del Reino Unido de edades entre los 45 y los 70 años al comienzo de la investigación, que se realizó entre 1997 y 2007 y tuvo en cuenta los diferentes niveles educativos de todos ellos.

Durante la década de investigación, hubo un deterioro del 3.6% en el razonamiento mental tanto en los hombres como en las mujeres de entre 45 y 49 años al comienzo del estudio, mientras que el deterioro entre los 65 y los 70 años fue del 9.6% en ellos y del 7.4% en ellas.

Dado que las personas más jóvenes que participaron del estudio tenían 45 años al inicio, es posible que el deterioro cognitivo comience incluso antes.

Las funciones cognitivas de los voluntarios fueron medidas tres veces durante 10 años a fin de evaluar la memoria, el vocabulario, la audición y la comprensión, indica el análisis.

Entre las tareas asignadas figuraron el escribir la mayor cantidad de palabras que pudieran recordar que empezaran con la letra S y la mayor cantidad de nombres de animales.

Todas las puntuaciones cognitivas, con excepción del vocabulario, empezaron a disminuir entre todos los grupos de edades estudiados y se pudo detectar que el descenso fue más rápido entre los funcionarios de mayor edad, agrega el estudio.

"La expectativa de vida sigue aumentando y entender el envejecimiento cognitivo será uno de los desafíos de este siglo", concluyeron los investigadores.

Los expertos también destacaron la importancia de llevar una vida sana puesto que esto es beneficioso a largo plazo.

"Hay un consenso de que lo que es bueno para el corazón es bueno para la cabeza", añaden.

Detectar la edad a la que comienzan a deteriorarse la memoria, el razonamiento y las habilidades de comprensión es importante porque los medicamentos funcionarán en la medida en que se administren a las personas en cuanto comienzan a experimentar el deterioro mental.

Leer estudio original (en inglés): BMJ



Los 'ACV silenciosos' se relacionan con la pérdida de memoria en personas mayores, según un estudio

En algunos casos, la pérdida de memoria entre los adultos mayores podría deberse a los llamados accidentes cerebrovasculares (ACV) "silenciosos", sugiere una investigación reciente.

Esos ACV, que podrían no causar ningún síntoma evidente, tienen como consecuencia la muerte de pequeños grupos de neuronas, y se hallan en alrededor del 25 por ciento de los adultos mayores, anotó el equipo del estudio.

"El nuevo aspecto de este estudio sobre la pérdida de memoria en los adultos mayores es que examina los ACV silenciosos y el encogimiento [cerebral] de forma simultánea", explicó en un comunicado de prensa de la Academia Americana de Neurología (American Academy of Neurology) el autor del estudio Adam Brickman, del Instituto Taub para la Investigación sobre el Alzheimer y el Envejecimiento del Cerebro del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Nueva York.

La investigación, que fue financiada por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., será publicada en la edición del 3 de enero de la revista Neurology.

Los autores del estudio llegaron a sus conclusiones tras trabajar con 658 hombres y mujeres a partir de los 65 años de edad, ninguno de los cuales tenía antecedentes de demencia.

Todos los participantes se sometieron a IRM del cerebro, además de pruebas para medir sus capacidades en términos de memoria, habilidades de lenguaje, velocidad de pensamiento y percepción visual.

Los escáneres cerebrales revelaron que 174 de los participantes habían experimentado ACV silenciosos, y los investigadores hallaron que a esas personas mayores no les iba igual de bien en los exámenes de la memoria. El hallazgo se sostuvo independientemente de si se halló que la parte del cerebro responsable de la memoria (el hipocampo) del paciente era relativamente pequeña o no.

"Dado que las afecciones como la enfermedad de Alzheimer se definen sobre todo por los problemas de memoria, nuestros resultados podrían llevar a un mayor conocimiento sobre qué causa los síntomas y al desarrollo de nuevas intervenciones para la prevención", anotó Brickman en el comunicado de prensa. "Dado que los ACV silenciosos y el volumen del hipocampo parecían asociarse por separado con la pérdida de memoria en nuestro estudio, nuestros resultados también respaldan la prevención de los ACV como un medio de evitar los problemas de memoria", añadió.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTE: American Academy of Neurology, news release, Dec. 28, 2011



Conozca las señales del Alzheimer

Conocer las señales de advertencia de la enfermedad de Alzheimer es importante porque podría llevar a un diagnóstico temprano, aseguran expertos.

Según la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association), un diagnóstico temprano permite al paciente:

  • Planificar el futuro.
  • Potencialmente, participar en un ensayo clínico de un medicamento.
  • Comenzar tratamientos que podrían ayudar a mantener la independencia durante más tiempo, y posiblemente mejorar los síntomas.
  • Participar en las decisiones sobre su atención, opciones de vivienda y asuntos legales y financieros.
  • Cultivar relaciones con médicos y cuidadores.
  • Aprovechar los servicios de atención y respaldo que facilitan que pacientes y familias gestionen la enfermedad.

La enfermedad de Alzheimer, un trastorno cerebral progresivo, es el tipo más común de demencia observado en las personas mayores. En un comunicado de prensa reciente, la asociación mencionó las diez señales de advertencia del Alzheimer:

  • Pérdida de memoria que afecta la vida diaria. Esto incluye olvidar información recién aprendida, olvidar fechas o eventos importantes, preguntar por la misma información repetidamente, y depender de ayudas para la memoria o de los familiares para cosas que uno antes manejaba solo.
  • Desafíos para planificar o resolver problemas. Por ejemplo, no poder desarrollar o seguir un plan o trabajar con cifras, tener dificultades para controlar las facturas mensuales o seguir una receta, dificultad para concentrarse, y tardar mucho más de lo normal para hacer cosas que uno había hecho antes.
  • Dificultades para completar tareas familiares en la casa, el trabajo o el tiempo libre. Esto puede incluir perderse mientras se conduce en un área conocida o necesitar ayuda para usar el microondas.
  • Confusión con el tiempo o el lugar. Las personas pueden olvidarse de dónde están o cómo llegaron allí.
  • Problemas para entender imágenes visuales o relaciones espaciales, como juzgar la distancia.
  • Nuevos problemas con las palabras habladas o escritas. Un ejemplo típico es llamar a las cosas por nombres erróneos.
  • Extraviar las cosas y perder la capacidad de recordar dónde se ha estado para encontrar objetos perdidos.
  • Declives en el juicio o la toma de decisiones. Por ejemplo, gastar mucho dinero en productos vendidos por teléfono o prestar menos atención al aseo personal y la limpieza.
  • Retraimiento de las actividades laborales o sociales.
  • Cambios en el estado de ánimo y la personalidad. Por ejemplo, enojarse fácilmente, además de confundirse, sentirse deprimido, temeroso, ansioso o suspicaz.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTE: Alzheimer's Association, news release, November 2011



Web de la peli " ARRUGAS "

Estreno de la película 'Arrugas'


El próximo día 27 de enero se estrena oficialmente la película de animación ‘Arrugas’ basada en el cómic del mismo nombre del valenciano Paco Roca. Este cómic se publicó en Francia en 2007 y tras su éxito en el país vecino, Astiberri Ediciones decidió publicarla en España a finales de ese mismo año.
Tal como informamos desde www.familialzheimer.org en febrero del 2008, Fundació ACE tuvo el privilegio de acompañar al autor en la presentación del libro en Barcelona, y la Dra. Isabel Hernández, Neuróloga y Jefe de la Unidad de Diagnóstico de Fundació ACE abrió el acto impartiendo una charla sobre la enfermedad de Alzheimer.
Paco Roca aborda en Arrugas temas delicados, hasta ahora escasamente tratados en el cómic, como son el Alzheimer y la demencia senil. Y lo hace de un modo intimista y sensible, con algunos apuntes de humor pero sin caer en ningún momento en la caricatura. El aire de verosimilitud que se respira en el relato se ha visto propiciado por un cuidadoso trabajo de documentación. Roca comenzó a recopilar anécdotas de los padres y familiares ancianos de sus amigos y visitó residencias de ancianos para saber cómo era la vida en ellas, un material de primera mano que le ha servido para estructurar una consistente ficción. Ives-Marie Labbé, crítico literario de Le Monde, ha escrito de Arrugas que "cuenta con precisión la batalla contra la vejez. Una batalla sin armas pero no exenta de lágrimas".
La película de ‘Arrugas’, presentada en el Festival de cine de San Sebastián, está dirigida por Ignacio Ferreras y ha tenido una gran aceptación por la crítica. De hecho ha sido nominada a los Premios Gaudí de Cine catalán y está seleccionada entre los finalistas para optar al Oscar como mejor película de animación.

Más información en los siguientes enlaces:
Entrevista a Paco Roca en MagazinAlzheimer: http://www.familialzheimer.org/prensa/articulos/ver/3524.
“Arrugas” la película: http://www.arrugaslapelicula.com/es/.