martes, 29 de abril de 2014

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domingo, 6 de abril de 2014

Ávila no faltó a su cita solidaria con el Alzheimer

Cerca de medio millar de personas, tanto a pie como a caballo, han tomado parte este domingo en la III Marcha
Solidaria en favor de Afávila que ha cerrado las fiestas del Barrio de
la Universidad organizada por las asociaciones de vecinos y juvenil de
este barrio de la capital abulense




Ávila no ha faltado, tampoco esta vez, a la cita con la solidaridad que en esta ocasión ha marcado la Asociación Juvenil Barrio de la Universidad. Más de 400 personas, según los organizadores, han participado a lo largo de la mañana de este domingo en la III Marcha Solidaria en Favor de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Ávila.







La comitiva ha partido de la calle Camino del Gansino hacia las 11.30 horas formada por casi 400 personas a pie y más de una treintena de personas a caballo, que han realizado un recorrido total de 5 kilómetros para subir al Santuario de Nuestra Señora de Sonsóles,
donde han disfrutado de un pequeño tentempié por cortesía de los
organizadores, y bajar de nuevo hasta el lugar de partida, que ha sido
escenario de un sorteo de regalos entre todos los asistentes.







La agradable climatología de la que se ha disfrutado
este domingo en Ávila ha contribuido en buena parte al éxito de una
cita que, según ha señalado el presidente de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Ávila, José Luis Fernández Degano, "ha generado mucha espectación y también mucha colaboración".







El presidente de Afávila ha querido agradecer su participación a todos los abulenses que han realizado la marcha, entre los que se encontraban el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, y buena parte de la corporación municipal, y ha reconocido que "a uno se le ponen los pelos de punta" al ver la respuesta que la iniciativa ha generado.



.tribunaavila







Pulseras y mas -....

Pulseras inteligentes capaces de medir desde el ritmo cardíaco hasta
avisar cuándo llega un mail comienzan a imponerse y abren debate sobre
el futuro de los vínculos.




Hay quienes dicen que es el paso previo a que la
tecnología inteligente funcione dentro del cuerpo humano. Otros
entienden que simplemente se trata de la sustitución de los celulares y
las tabletas. Lo cierto es que los llamados "vestibles", esos
dispositivos que se llevan puestos como un reloj o un par de lentes, son
una tendencia y la gran apuesta de las compañías para este 2014.
Este año se venderán en el mundo 17 millones de
pulseras inteligentes, seis veces más que en 2013, según estimaciones de
la consultora estadounidense Canalys. ¿Por qué? Siempre se intentó que
la tecnología esté "más cerca de nosotros", dice la desarrolladora de
software Cecilia Abadie, y ahora "el mercado está pronto para este
desarrollo". Se alcanzó un nivel de miniaturización, conectividad y
pantallas táctiles necesarias para que los dispositivos se "vistan". La
idea es que se vuelva algo tan cotidiano como ponerse un buzo o los
championes antes de salir de casa.
En la última feria de teléfonos móviles (este febrero
en Barcelona) Motorola y LG se sumaron a la competencia por desarrollar
los relojes más inteligentes posibles, en un mercado que lidera Samsung
con 54% de las ventas y lo sigue Sony con 19%. Y, según los rumores, el
aparentemente "dormido" gigante Apple dará el salto en Navidad. Es que
todas estas empresas ven como la innovación con celulares empieza a
desacelerarse (ya se alcanzaron grados de calidad, resistencia y
funcionalidad difíciles de superar) y que, sin embargo, tienen tierra
fértil en el área de vestibles.
A modo de ejemplo, con el Gear de Samsung (la única
pulsera inteligente que es traída a Uruguay por una compañía oficial y
que cuesta unos US$ 500) se puede medir las pulsaciones de la persona,
contar los pasos, sacar fotos, revisar el correo electrónico, responder
llamadas telefónicas y hasta cambiar de canal de televisión mediante el
sensor infrarrojo.
Y hay más. Doña María podrá, el día de mañana,
conseguir información con solo preguntar al reloj en voz alta, como si
le consultase directamente a un especialista. Controlará los
electrodomésticos, sabrá si finalizó el ciclo del lavarropas, si dejó
las luces prendidas y hasta podrá abrir la puerta de la casa cuando haya
alguien esperando. Sabrá qué comentan sus amigas en Facebook, llamará
desde la pulsera a sus hijos para avisarles que se pongan un abrigo. Su
médico se enterará de si está caminando como le fue indicado luego de la
cirugía cardíaca, qué nivel tiene de insulina en sangre y presión
arterial… y todo mientras tiene las manos libres para otra tarea.



Debate.

No todo parece color de rosa. Mientras la tecnología
sirve por un lado para mejorar la salud humana, por otro se corre el
riesgo de perder definitivamente la privacidad y el control de los
actos. Es que a nadie "le asusta que se implemente una prótesis de
rodilla o cadera", dice el psicólogo Roberto Balaguer, "pero sí hay
conflicto cuando un dispositivo afecta la capacidad cognitiva: la
memoria, el lenguaje o nuestro nivel de concentración".
Y, lo que parece más grave aún, a costa de "ganar" en
alcance y en la posibilidad de hacer tareas en menor tiempo, se expone
la "información a hackers, compañías privadas y gobiernos sin tener
claro en qué condiciones se van a manejar esos datos", indica Abadie.
-¿Los vestibles son una transición hasta llegar a la tecnología incorporada dentro del cuerpo humano?
-Sí. Me animaría a decir que nunca vamos a parar
de intentar traer la tecnología más cerca e integrarla como una
extensión de quiénes somos. La nanotecnología o implantes digitales son
un siguiente paso esperable. Sé que este tipo de pensamiento causa mucho
miedo. ¿Hasta dónde vamos con esto de la tecnología? ¿Dónde vamos a
parar? ¿No tenemos ya bastante tecnología y, en cambio, estamos
perdiéndonos de la realidad?
Por ahora, los vestibles convertidos en lentes y pulseras ponen otra vez estas preguntas en el tapete.
Para Abadie"las computadoras" son creadas por los
seres humanos para expandirse, aumentar su capacidad y conectarse más.
"Esto es lo que hemos estado haciendo desde que descubrimos el fuego:
construir herramientas para sobrevivir mejor". La tecnología, a su
entender, es neutral y está en "nosotros como sociedad usarla para
volvernos mejores".
Balaguer entiende la realidad en forma similar,
aunque aclara que "la tecnología expande los sentidos pero también
limita otras capacidades". Los seres humanos, según él, "concebimos el
mundo con cierto alcance, ideas y cultura, por lo que es falaz pensar
que hay un humano natural y que se puede desprender de toda creación
técnica". Hoy son los relojes inteligentes los que sustituyen a los de
malla clásicos, como una vez estos desplazaron a los relojes de cadena. Y
así "con todo".
Otras miradas son un poco más críticas. Ida Holz, la
uruguaya que fue promotora de Internet en el país, sostiene que "hay
veces que se pierde la perspectiva de hacia dónde vamos". ¿Por qué? "El
ser humano no mira mucho más allá que al entorno de su muerte. Por
rédito económico, o personal, se avanza en la tecnología en algo que, a
veces, no tiene retorno. No se mira en el largo plazo. No nos estamos
dando cuenta del deterioro progresivo del medio ambiente, por ejemplo. Y
la ambición de algunos es tan grande que no se considera lo que empeora
el medio ambiente. ¿Quién sabe si se decide utilizar la tecnología para
un fin muy distinto al investigado, como sucedió con Albert Einstein y
la bomba atómica?".
-¿Hay que poner freno a este avance tecnológico?
-No me animo a decir que paren las rotativas, pero sí que tengamos cuidado.
"Ok, Glass", dice Cecilia Abadie cada vez que
quiere darle una orden a sus lentes inteligentes. Esta uruguaya
desarrolladora de software, residente en Estados Unidos desde hace una
década, es una de las pocas en el mundo que ha podido experimentar con
el vestible más revolucionario del año pasado: los Google Glass. Este
dispositivo, capaz de buscar información, sacar fotos, mandar un mensaje
de texto y hasta localizar al usuario con GPS, fue el inicio de una
carrera que apunta a incorporar mayores funcionalidades al tiempo que se
hace más ergonómica la tecnología. Un proceso similar al de los lentes
viven los relojes inteligentes (llamados pulseras porque su función
excede a la de dar la hora). Sus antecesores son las pulseras para el
deporte capaces de medir los kilómetros recorridos, el pulso cardíaco y
la quema de calorías. La empresa Fitbit es la que capitaliza este
mercado desde 2008 con 58% de las ventas, seguida por Jawbone, Nike y
Pebble según la consultora Canalys. Pero un salto cualitativo se mostró
en las últimas ferias de telefonía móvil (tanto en Las Vegas como en
Barcelona) cuando se conectó mediante red inalámbrica a las cintas con
los celulares inteligentes (smartphones). Desde entonces se abrió la
posibilidad de lectura de correos, registro de voz, conexión con apps e
Internet. A Uruguay recién están llegando las primeras pulseras
inteligentes. La mayoría de las que hay en plaza fueron compradas en el
extranjero o traídas por particulares. La novedad de estos días es la
llegada del Samsung FIT, que estará en venta antes de que finalice este
mes. La particularidad es que es con pantalla curva. Resiste al agua y
al polvo, pero no tiene cámara. Además, Android presentó su sistema
operativo para relojes que abre el juego para nuevos dispositivos de
este tipo.
 TOMER URWICZ