El equipo de Yale realizó resonancias magnéticas funcionales a meditadores experimentados y novatos mientras éstos practicaban tres técnicas de meditación diferentes.
Los investigadores observaron que los meditadores experimentados mostraban una disminución de la actividad en áreas del cerebro --llamadas red de modo predeterminado-- implicadas en los lapsos de atención y en trastornos como el déficit de atención, la ansiedad, el trastorno de hiperactividad, e incluso la acumulación de placas de beta-amiloide en la enfermedad de Alzheimer.
La disminución de la actividad en esta zona cerebral, que abarca la corteza cingulada posterior y la prefrontal medial, se observó en los meditadores experimentados, independientemente del tipo de meditación que siguieran.
El análisis también demostró que cuando la red de modo predeterminado se activaba, las regiones del cerebro asociadas con el auto-monitoreo y el control cognitivo también se activaban en los meditadores experimentados, pero no en los novatos; esto puede indicar que los meditadores están en constante vigilancia, suprimiendo la aparición del "yo" o divagaciones de la mente. En sus formas patológicas, estos estados están asociados con enfermedades como el autismo y la esquizofrenia.
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