Esta prevalencia del problema ha hecho que, entre otras líneas de investigación, en los últimos tiempos se haya avanzado en el desarrollo de distintas técnicas para 'adelantarse' a los daños.
Aunque los ensayos aún están lejos de averiguar cómo se puede frenar la enfermedad, sí se han alcanzado resultados prometedores a la hora de identificar a los enfermos potenciales, tal y como demuestra una investigación que se publica esta semana en la revista 'Archives of Neurology'.
Los autores de este trabajo, de la Universidad de California (EEUU), han desarrollado una técnica basada en la tomografía por emisión de positrones (PET) que permite predecir el deterioro cognitivo en un periodo que, de momento, alcanza los dos años.
La investigación
En primer lugar, estos investigadores idearon un marcador químico -denominado FDDNP- capaz de 'adherirse' a los acúmulos de proteína TAU y de beta-amiloide característicos de los cerebros de las personas con demencia que puede 'visualizarse' desde el exterior a través de un PET.
Partiendo de la hipótesis de que esta herramienta podría ser muy útil para detectar cambios dañinos en el cerebro antes de aparecieran los primeros síntomas, los científicos iniciaron una investigación con 43 voluntarios cuya edad rondaba los 64 años y que no presentaban signos de demencia (21 de ellos sí padecían un deterioro cognitivo leve).
Periódicamente, cada participante se sometió a una tomografía por emisión de positrones en las que se había utilizado el marcador FDDNP y, además, a varias pruebas para evaluar su capacidad cognitiva. El seguimiento duró una media de dos años.
Al final del estudio, los investigadores comprobaron que los participantes que iban sumando cada vez más acúmulos dañinos en su cerebro también presentaban un peor patrón cognitivo. Principalmente, las áreas más afectadas eran las áreas del cerebro relacionadas con el razonamiento, la memoria y las emociones.
Además, también descubrieron que aquellos individuos con una mayor presencia inicial del marcador FDDNP tenían más riesgo de presentar síntomas clínicos de problemas de demencia al cabo del tiempo.
"Los valores [de este marcador] sirvieron para predecir un deterioro cognitivo en el futuro", señalan en la revista médica los investigadores, quienes ya han avanzado que el próximo paso en su investigación será intentar replicar los resultados en una muestra más grande y con un seguimiento más prolongado.
De momento, confían en que su investigación pueda servir para abrir nuevos caminos en la lucha contra las enfermedades neurodegenerativas. "Podría ser útil no sólo para predecir un daño cognitivo futuro o para identificar a los individuos que más podrían beneficiarse de posibles tratamientos preventivos, sino también para evaluar la efectividad de dichos tratamientos o para acelerar el descubrimiento de nuevos fármacos", concluyen.
Fuente: ElMundo.es
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