Los trabajos que hacen un buen uso de su intelecto
podrían tener otro beneficio para usted: una agudeza mental mayor
después de jubilarse.
Las personas con trabajos que requieren la resolución de problemas, la planificación y el análisis de la información parecen ser más propensas a mantener una memoria clara y un raciocinio agudizado a medida que envejecen, afirmó la autora del estudio, Gwen Fisher, profesora asistente de psicología en la Universidad Estatal de Colorado.
"Las personas que realizaban trabajos caracterizados como desafiantes para la mente obtuvieron mejores puntuaciones en una medición de la habilidad cognitiva [de pensamiento], antes y después de haberse jubilado", dijo Fisher.
Los trabajos que podrían fomentar la facultad mental de una persona en un momento posterior de la vida incluyen "cualquier trabajo en el que se tenga que recoger mucha información y sintetizarla", señaló.
Los abogados, los analistas financieros, los profesores y los médicos obtienen los beneficios, y también los gestores de proyectos que cada día ejercitan su mente realizando al mismo tiempo múltiples tareas y guiando a muchos empleados, dijo Fisher.
En el otro lado del espectro están los trabajos que implican una labor repetitiva sin mucha variedad o complejidad, como un trabajo en una línea de producción, indicó.
En el estudio, Fisher y sus colaboradores analizaron los datos de casi 4,200 participantes en el Estudio de salud y jubilación, una encuesta financiada por el gobierno federal realizada por la Universidad de Michigan que realiza un seguimiento a personas de a partir de 51 años antes y después de su jubilación.
Se vuelve a entrevistar a los participantes cada dos años, y las preguntas incluyen mediciones de las demandas mentales de sus trabajos: analizar datos, desarrollar objetivos y estrategias, tomar decisiones, resolver problemas, evaluar información y pensar de forma creativa. La encuesta también evaluó las habilidades de memoria y de razonamiento.
Las personas con las que contó este estudio fueron entrevistadas unas 8 veces entre 1992 y 2010. Trabajaban en una gran variedad de trabajos y en promedio habían sido empleados en el mismo tipo de trabajo durante más de 25 años antes de jubilarse.
Los investigadores hallaron que las personas que tenían trabajos con unas mayores demandas mentales tenían más probabilidades de tener una memoria mejor antes de jubilarse y un deterioro más lento de la memoria tras jubilarse, en comparación con las personas con trabajos que eran menos estimulantes mentalmente.
Las diferencias en la memoria en el momento de la jubilación no eran grandes, pero terminaron por duplicarse después de 15 años tras el momento de la jubilación, incluso después de que los investigadores tuvieran en cuenta factores como la educación, la salud y el estatus económico.
Los autores del estudio hallaron unos resultados similares cuando observaron las preguntas empleadas para evaluar la discapacidad mental y la demencia. A los 15 años de la jubilación, las personas con trabajos que resultan desafiantes mentalmente obtuvieron puntuaciones que fueron más de un 50 por ciento mejores que las personas con trabajos menos exigentes.
Los hallazgos aparecen publicados en línea recientemente en la revista Journal of Occupational Health Psychology.
Este nuevo estudio se suma a la cantidad creciente de evidencias que sugieren que las personas que quieren mantener la salud de su cerebro tras la jubilación han de empezar a ejercitar sus músculos mentales en un momento anterior de su vida, afirmó Keith Fargo, director de programas científicos y alcance de la Asociación de Alzheimer (Alzheimer's Association)
"Encaja perfectamente con otras cosas que hemos observado, en que la mediana edad es el momento en que las personas realmente han de prestar atención a su salud mental", dijo Fargo.
Hay un par de teorías de por qué los trabajos que suponen un reto para la mente podrían ayudar a preservar más tarde la capacidad cerebral, señaló Fisher, la autora del estudio.
Al ejercitar más el cerebro, una persona podría terminar creando más neuronas durante sus años de trabajo, explicó. En un momento posterior de la vida, cuando la edad empiece a hacerse notar, tendrán más capacidad mental y cualquier pérdida de neuronas supondrá un daño menor para su memoria y su razonamiento.
También está la hipótesis de "lo que no se usa se pierde". "De forma muy parecida a los músculos de nuestro cuerpo, si usa el cerebro, lo fortalece, y si no, puede atrofiarse", dijo Fisher.
Pero no todo el mundo puede tener un trabajo que sea un reto para la mente. Para usar una cita de la película "Caddyshack": "El mundo también necesita personas que construyan zanjas". ¿Estas personas tienen mala suerte?
No necesariamente, afirman los dos expertos.
"Hay todo tipo de cosas que puede hacer para mantener su actividad mental en la mediana edad, fuera del trabajo", comentó Fargo.
Leer, jugar a juegos, ser voluntario para la caridad, socializar con amigos, hacer cursos y unirse a un club de lectura son actividades que cualquiera puede llevar a cabo para mantener activos sus cerebros y ejercitarlos bien, convinieron Fisher y Fargo.
Tales actividades extracurriculares podrían haber influenciado los hallazgos de estudio, añadió Fisher, y comentó que la nueva investigación no establece una relación de causalidad entre las exigencias del trabajo mental y la pérdida de memoria o de la habilidad de pensamiento tras la jubilación.
"Lo que personas hacen fuera del trabajo podría ser también un factor", dijo Fisher. "Algunas personas podrían ser muy activas en sus aficiones y otras actividades que son mentalmente estimulantes y exigentes, y otras no".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare ES: Gwen Fisher, assistant professor of psychology, Colorado State University, and faculty associate, Institute for Social Research, University of Michigan; Keith Fargo, Ph.D., director of scientific programs and outreach, Alzheimer's Association; March 17, 2014, Journal of Occupational Health Psychology, online
Las personas con trabajos que requieren la resolución de problemas, la planificación y el análisis de la información parecen ser más propensas a mantener una memoria clara y un raciocinio agudizado a medida que envejecen, afirmó la autora del estudio, Gwen Fisher, profesora asistente de psicología en la Universidad Estatal de Colorado.
"Las personas que realizaban trabajos caracterizados como desafiantes para la mente obtuvieron mejores puntuaciones en una medición de la habilidad cognitiva [de pensamiento], antes y después de haberse jubilado", dijo Fisher.
Los trabajos que podrían fomentar la facultad mental de una persona en un momento posterior de la vida incluyen "cualquier trabajo en el que se tenga que recoger mucha información y sintetizarla", señaló.
Los abogados, los analistas financieros, los profesores y los médicos obtienen los beneficios, y también los gestores de proyectos que cada día ejercitan su mente realizando al mismo tiempo múltiples tareas y guiando a muchos empleados, dijo Fisher.
En el otro lado del espectro están los trabajos que implican una labor repetitiva sin mucha variedad o complejidad, como un trabajo en una línea de producción, indicó.
En el estudio, Fisher y sus colaboradores analizaron los datos de casi 4,200 participantes en el Estudio de salud y jubilación, una encuesta financiada por el gobierno federal realizada por la Universidad de Michigan que realiza un seguimiento a personas de a partir de 51 años antes y después de su jubilación.
Se vuelve a entrevistar a los participantes cada dos años, y las preguntas incluyen mediciones de las demandas mentales de sus trabajos: analizar datos, desarrollar objetivos y estrategias, tomar decisiones, resolver problemas, evaluar información y pensar de forma creativa. La encuesta también evaluó las habilidades de memoria y de razonamiento.
Las personas con las que contó este estudio fueron entrevistadas unas 8 veces entre 1992 y 2010. Trabajaban en una gran variedad de trabajos y en promedio habían sido empleados en el mismo tipo de trabajo durante más de 25 años antes de jubilarse.
Los investigadores hallaron que las personas que tenían trabajos con unas mayores demandas mentales tenían más probabilidades de tener una memoria mejor antes de jubilarse y un deterioro más lento de la memoria tras jubilarse, en comparación con las personas con trabajos que eran menos estimulantes mentalmente.
Las diferencias en la memoria en el momento de la jubilación no eran grandes, pero terminaron por duplicarse después de 15 años tras el momento de la jubilación, incluso después de que los investigadores tuvieran en cuenta factores como la educación, la salud y el estatus económico.
Los autores del estudio hallaron unos resultados similares cuando observaron las preguntas empleadas para evaluar la discapacidad mental y la demencia. A los 15 años de la jubilación, las personas con trabajos que resultan desafiantes mentalmente obtuvieron puntuaciones que fueron más de un 50 por ciento mejores que las personas con trabajos menos exigentes.
Los hallazgos aparecen publicados en línea recientemente en la revista Journal of Occupational Health Psychology.
Este nuevo estudio se suma a la cantidad creciente de evidencias que sugieren que las personas que quieren mantener la salud de su cerebro tras la jubilación han de empezar a ejercitar sus músculos mentales en un momento anterior de su vida, afirmó Keith Fargo, director de programas científicos y alcance de la Asociación de Alzheimer (Alzheimer's Association)
"Encaja perfectamente con otras cosas que hemos observado, en que la mediana edad es el momento en que las personas realmente han de prestar atención a su salud mental", dijo Fargo.
Hay un par de teorías de por qué los trabajos que suponen un reto para la mente podrían ayudar a preservar más tarde la capacidad cerebral, señaló Fisher, la autora del estudio.
Al ejercitar más el cerebro, una persona podría terminar creando más neuronas durante sus años de trabajo, explicó. En un momento posterior de la vida, cuando la edad empiece a hacerse notar, tendrán más capacidad mental y cualquier pérdida de neuronas supondrá un daño menor para su memoria y su razonamiento.
También está la hipótesis de "lo que no se usa se pierde". "De forma muy parecida a los músculos de nuestro cuerpo, si usa el cerebro, lo fortalece, y si no, puede atrofiarse", dijo Fisher.
Pero no todo el mundo puede tener un trabajo que sea un reto para la mente. Para usar una cita de la película "Caddyshack": "El mundo también necesita personas que construyan zanjas". ¿Estas personas tienen mala suerte?
No necesariamente, afirman los dos expertos.
"Hay todo tipo de cosas que puede hacer para mantener su actividad mental en la mediana edad, fuera del trabajo", comentó Fargo.
Leer, jugar a juegos, ser voluntario para la caridad, socializar con amigos, hacer cursos y unirse a un club de lectura son actividades que cualquiera puede llevar a cabo para mantener activos sus cerebros y ejercitarlos bien, convinieron Fisher y Fargo.
Tales actividades extracurriculares podrían haber influenciado los hallazgos de estudio, añadió Fisher, y comentó que la nueva investigación no establece una relación de causalidad entre las exigencias del trabajo mental y la pérdida de memoria o de la habilidad de pensamiento tras la jubilación.
"Lo que personas hacen fuera del trabajo podría ser también un factor", dijo Fisher. "Algunas personas podrían ser muy activas en sus aficiones y otras actividades que son mentalmente estimulantes y exigentes, y otras no".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare ES: Gwen Fisher, assistant professor of psychology, Colorado State University, and faculty associate, Institute for Social Research, University of Michigan; Keith Fargo, Ph.D., director of scientific programs and outreach, Alzheimer's Association; March 17, 2014, Journal of Occupational Health Psychology, online
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