La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado en un nuevo informe, hecho público este miércoles, que para el año 2030 se duplicarán los casos de demencia, pasando de los 35,6 millones de personas actuales a más de 65,7 millones de afectados. Sin embargo, las cifras serán aún peores en 2050, cuando se espera que se tripliquen los casos, llegando a los 115,4 millones de afectados en el mundo.
El informe, titulado 'Demencia: una prioridad de salud pública', destaca que se trata de una problemática que, aunque afecta a todos los países, en mayor medida (58%) se ve incrementada en las poblaciones de ingresos bajos y medianos.
Por este motivo, denuncia que, actualmente, sólo ocho países en todo el mundo cuentan con programas nacionales en marcha para hacer frente a la demencia. "Tenemos que aumentar nuestra capacidad para detectar la demencia temprana y proporcionar los cuidados de salud y sociales. Se puede hacer mucho para disminuir la carga de este trastorno", dice el doctor Oleg Chestnov, subdirector general de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OMS.
El tratamiento y el cuidado de las personas con demencia en la actualidad le cuesta al mundo más de 460.000 millones de euros por año. Esto incluye el costo de la atención sanitaria y social, así como la reducción o la pérdida de ingresos de las personas con demencia y de sus cuidadores.
Faltan diagnósticos
Para tratar problemas de demencia, la OMS recomienda que se pongan en marcha programas que se centren en mejorar el diagnóstico precoz, aumentar la conciencia pública sobre la enfermedad, reducir el estigma, proporcionar una mejor atención y más apoyo a los cuidadores.
El principal problema, señala el informe, es la falta de diagnóstico que es un obstáculo "importante", incluso en los países de altos ingresos. Cuando se hace un diagnóstico, a menudo se produce en una etapa relativamente tardía de la enfermedad.
Por otra parte, destaca que es "clave" el fortalecimiento de la atención. Al respecto, Chestnov denuncia que "los trabajadores de la salud a menudo no están debidamente capacitados para reconocer la demencia".
Asimismo, apunta a una falta general de información y comprensión acerca de la demencia. "La conciencia pública de esta enfermedad, sus síntomas, la importancia de obtener un diagnóstico, y la ayuda disponible para aquellos afectados son muy limitados. La información es vital para hacer frente a los bajos niveles de conciencia pública y entendimiento, y reducir drásticamente el estigma asociado a la demencia", afirma Marc Wortmann, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Alzheimer.
Por otra parte, advierte que las personas que cuidan a una persona con demencia son particularmente propensas a los trastornos mentales, como la depresión y ansiedad, y sufren a menudo problemas de salud física. "Muchos cuidadores también padecen problemas económicos, ya que pueden ser forzados a dejar su trabajo, reducir su horario laboral, o elegir un trabajo menos exigente para cuidar a un familiar con demencia", añade el documento.
Entre las conclusiones, el informe recomienda la participación de los médicos en el diseño de programas para proporcionar un mejor apoyo a las personas con demencia.
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